Le dispararon a traición. Por la espalda. José Orlando Matute parqueó su Toyota Hilux frente a la casa, entró al patio y tocó la puerta. Le abrió su novia y la saludó con un beso. Dio la vuelta y fue a la tienda a comprar pan francés para el desayuno. Regresó a dejarlo. Salió a la calle a traer algo que había olvidado en el vehículo cuando cuatro miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13) que lo vigilaban desde que llegó le dispararon.
El eco de las balas se escuchó en toda la cuadra. La novia y sus familiares corrieron a la calle; sintieron como si un rayo de plomo les atravesara la sien. Abrieron la puerta y vieron el cuerpo cuya sangre se mezclaba con la tierra. Intentaron darle los primeros auxilios, incluso pensaron en subirlo al picap y llevarlo al hospital pero todo fue en vano. Ya estaba muerto.
Sintieron miedo. Regresaron a la casa y se encerraron en la casa ubicada en Yayantique, La Unión.
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Matute era un ganadero de 25 años. Solía andar armado pero esta mañana se descuidó unos segundos y sus enemigos los aprovecharon.
Sus amigos y familiares que llegaron a ver su cadáver tirado en la calle recordaron que desde adolescente fue un trabajador incansable. Pero su muerte no fue casual sino una operación, -según fuentes policiales destacadas en el Oriente de El Salvador- de la MS para desbaratar a un incipiente grupo de autodefensa que, harto de las extorsiones y los asesinatos, empezó a poner barricadas. «Quieren acabarse a los ganaderos que se resisten a ellos», coincidieron.
Explicaron que en los últimos tres meses han asesinado hombres mayores de 40 años en municipios limítrofes entre San Miguel y La Unión como Bolívar, San Alejo y otros. «Quieren desarticular la resistencia de esos grupos», reiteraron.
Por eso es que la muerte de Matute no fue por negarse a pagar extorsiones sino algo mucho mayor: el control territorial.
«Los ganaderos suelen andar armados y si atentan contra ellos responden; obviamente no pueden (mareros) hacer lo que quieren», expresó.
Uno de los empresarios agrícolas que llegó a la escena del crimen dijo: «Le pegaron a uno de nosotros. No nos vamos a quedar de brazos cruzados».
(Con reportes de Salvador Sagastizado).