Los pequeños comerciantes del área metropolitana de San Salvador se quejan del incremento de la tarifa de agua potable aprobados por el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén a través de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA).
Jaime de León es el encargado del pequeño restaurante DelyArce, ubicado en la calle Arce, en San Salvador. Desde hace algunos meses el crecimiento del costo ha sido notorio, pero, según él, el recibo de octubre es el que más los ha sorprendido.
El recibo llegó de $588.60, cuando el costo que normalmente han pagado siempre es de $225 o $250 máximo. Ante esta situación se han tenido que ver obligados a racionar la cantidad de agua que ocupan los empleados, pero sabe que por el tipo de negocio es muy difícil, ya que los alimentos y utensilios necesitan estricta limpieza.
“Esta vez sí vamos a ir a dar una vuelta a ANDA frente al recibo que tenemos, a ver qué nos dicen o nos solucionan, porque es más del doble de la cantidad normal”, expresó Jaime.
También mencionó que todavía no han pensando en subir de precio a los productos que ofrecen, pero que tendrán que ver las medidas a tomar si la situación sigue igual.
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El incremento de la tarifica del agua afecta a todos los pequeños comerciantes. Francisco Arias es uno de los encargados del Restaurante SABA, en el centro de San Salvador. Él comentó que desde hace aproximadamente tres meses el agua no cae en el negocio durante casi todo el día.
Por esto, fue a reclamar la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) y luego llegaron a ver al lugar para inspeccionar sobre una posible fuga de agua. Le dijeron que lo habían arreglado y que ya no habría problema.
Sin embargo, el recibo del mes de octubre ha llegado con una cantidad bastante alta, de $274, cuando lo normal es alrededor de $65 o $70.
“Los recibos vienen recargando el doble hasta el triple. De nada sirve ir a ANDA porque no arreglan nada y siguen viniendo peor los recibos”, dijo Marta Pacheco, una de las empleadas de ese comercio.
En esta misma condición están los condominios, en donde se alquilan pequeños locales a los comerciantes. Según David Aguilar, el recibo que antes le llegaba de $700 por el gasto de agua de 30 locales, ahora lo recibió por más de $1,000. Según él, no han tomado medidas al respecto pero se tendrían que hacer cambios en los precios de los productos o reducir el personal de trabajo.
En la misma zona, Walter Ventura tiene como negocio dos molinos de maíz. Anteriormente ya ha visto cambios en el recibo del agua, desde $15 ahora paga $30 mínimo.
Walter opinó que la nueva tarifa afecta en su negocio porque ya tiene establecidos los precios por el servicio que ofrece y si cobra más a sus clientes no lo pagarán.
Otro caso similar es el de German Oliva, quien también tiene como negocio un molino. Y desde hace dos años comenzó a notar un aumento en el recibo.
“En marzo de 2013 venía con el precio alrededor de $23. En 2014 aumentó a $48. Y este año el recibo llegó desde $60 hasta $75”, detalló.
“El aumento es horrible porque la gente no quiere pagar más. Lo que ellos pagan depende del tamaño del guacal que traigan, o lo que gasten de agua. Por ejemplo, ahorita acaban de moler horchata, si viene otra gente, tengo que quitar los discos y lavarlos porque si vienen a moler maíz no puede salir con ese sabor. Se gasta bastante agua”, explicó German.
Otros comerciantes, ante el constante aumento de las tarifas, prefieren comprar barriles de agua a $1.75 cada uno. Estos son los que tienen pequeños comedores o quienes tienen puestos de venta de tortillas.
Respecto a esto, Martha Evelyn Batres, diputada de ARENA, denunció que el aumento al pliego tarifario que ha decidido ANDA es una especie de “nuevo impuesto” que afectará negocios y a la población en general.
Explicó, asimismo, que el aumento no es tan simple como parece: por ejemplo, facturas que antes iban de $.010 a $4 ahora oscilan entre 0.10 a 20 dólares.
El cambio, sin embargo, no afecta solo a los que realmente pueden pagar sino incluso a familias pobres.