El Salvador
sábado 23 de noviembre de 2024

Una broma antes de matar a los marines en la Zona Rosa

por Redacción


Este 19 de junio se cumplen 30 años de la Masacre de la Zona Rosa en la que un comando del FMLN asesinó a cuatro marines estadounidenses y nueve civiles.

“¡Cuánto bocadito hay aquí!”, dijo Mario González cuando vio entrar a siete extranjeros con aspecto de estadounidenses al restaurante Flash-Back ubicado en la Zona Rosa, en San Salvador. Américo Mauro Araujo Ramírez y Tomás –todos miembros de la entonces guerrilla FMLN- lo acompañaban en la mesa y se tiraron una carcajada cuando escucharon la expresión mitad cínica, mitad siniestra, según la confesión que hizo uno de los involucrados a la extinta Guardia Nacional transcrita en un documento fechado en 1985.

Con la imaginación a mil por hora comenzó una especie de juego macabro. Mario consideró que ese trabajo estaba a la altura de Américo Mauro y Tomás pero éste dio un paso al costado al dejar la misión en manos de sus compañeros.

Aburrido de la juerga Américo Mauro propuso que todo terminara a pares y nones; al final quedó para que la ejecutara Mario. Sentados alrededor de la mesa del lujoso restaurante de la colonia San Benito se carcajearon a todo volumen cuando se supo el resultado del juego.

La confesión, de puño y letra del fallecido Araujo Ramírez que está en poder de Diario1, explica que desde 1984 la Comandancia General del FMLN había decidido crear un organismo de conducción en San Salvador en el que participaban representantes de tres de las cinco organizaciones que integraban la guerrilla.

En un principio estaba previsto que estuvieran representados el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y la Resistencia Nacional (RN).

En el organismo solo debían participar Tomás, de las RN; Hugo (Araujo Ramírez), del PCS; González, del PRTC; y Miguel Castellanos, de las FPL.

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Las primeras reuniones fueron en los restaurantes Pérgolas y Bonanza, ubicados en la Colonia Escalón los viernes y domingos entre las 5 y 30 y 7 de la noche.  Unas semanas después, sin embargo, cambiaron de sitio de encuentro porque la Fuerza Armada capturó al representante de las FPL.

Por seguridad decidieron encontrarse en el Flash-Back a las 8 de la noche. A la siguiente reunión Hugo llegó tarde; en el restarurante ya estaban Tomás y Mario que bebían tranquilamente un café y una cerveza. Fue el 27 de marzo y un par de minutos después que pidieron más bebidas entraron los sujetos que parecían extranjeros y hablaban en inglés. Junto a ellos también llegó una pareja de ancianos con aspecto de norteamericanos.

Hicieron la broma y luego se fueron a comer a una pupusería porque consideraban inseguro estar en ese lugar. En la confesión Araujo aclaró: “Todo surgió de momento pero no sé si antes de reunirme ellos ya habían planeado la masacre. Sinceramente lo desconozco”.

También cambiaron de punto de reunión: en el Ranchón de Santa Tecla o en la Posada de Abilio los viernes a las 5 y 30 o los domingos a las 8 de la noche.

Después Araujo Ramírez dejó de reunirse con los otros delegados y lo sustituyó Héctor Acevedo, de seudónimo Octavio.

Cuando un comando del FMLN asesinó a cuatro infantes de marina y nueve civiles, en la conocida como Masacre de la Zona Rosa, Araujo Ramírez pensó que los responsables eran miembros del PRTC “por la broma que habíamos hecho” o que la perpetraron integrantes del comando Frente Clara Elizabeth Ramírez ya que “antes habían hecho acciones similares y eran muy aventados”.

Tiempo después Araujo se encontró con Mario y le preguntó si sabía quién había asesinado a los marines y a los civiles. La respuesta fue tajante: “El PRTC”.

“Supongo que esta acción en la Zona Rosa la hizo Mario González sin autorización de la comandancia del FMLN. Esta es mi opinión”, afirmó Araujo Ramírez en el informe a la Guardia Nacional.

En 2009 en una entrevista con el Servicio Informátivo Ecuménico y Popular (SIEP) el conocido en la Guerra Civil salvadoreña como Comandante Hugo contó que la Policía Nacional lo había capturado en agosto de ese año después que regresó de Guazapa. Aseguró que se resistió durante varios días las torturas a las que fue sometido hasta que confesó su nombre y el rango que ostentaba como militante de la insurgencia.

El Informe de la Comisión de la Verdad señala como responsable del atentado al Comando Urbano Mardoqueo Cruz del PRTC y como ejecutores a Ismael Dimas Aguilar y José Roberto Salazar Mendoza. También fue señalado Manuel Melgar, uno de los máximos jefes de la organización.

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