El Salvador
sábado 29 de marzo de 2025

Monseñor Romero, el primer beato salvadoreño

por Redacción

Además de los salvadoreños, miles de peregrinos y personalidades asistirán a la ceremonia de beatificación.

Desde este sábado 23 de mayo de mayo, monseñor Óscar Arnulfo Romero se convertirá en el primer beato salvadoreño en subir a los altares de la Iglesia Católica. En la plaza Salvador del Mundo, a las 10:00 de la mañana, se realizará la ceremonia que presidirá el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

“El mundo entero tiene sus ojos puestos en El Salvador y vibra de emoción por la inminente beatificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, a quien los obispos de El Salvador hemos descrito como hombre de Dios, hombre de Iglesia y defensor de los pobres”, dijo la Conferencia Episcopal de El Salvador en un mensaje con motivo de la beatificación.

Se espera que al menos unas 300 mil personas –entre ellas 8 cardenales, 90 obispos y unos 3 mil sacerdotes− acudan a la plaza Salvador del Mundo.

Monseñor Romero, quien nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, San Miguel, fue el impulsor de varios proyectos después que fue ordenado sacerdote (4 de abril de 1942, a la edad de 24 años). La primera parroquia en la comenzó fue en Anamorós, La unión. Ahí impulsó varios movimientos apostólicos como Los cursillos de Cristiandad, los Caballeros de Cristo, La Legión de María. Además de obras sociales como Cáritas, alcohólicos anónimos y dar alimentos para los pobres.

Una de las frases más recordadas por las personas seguidoras de monseñor Romero, fueron las que mencionó en la misa que ofició un día antes de que lo asesinaran:

“La iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona; no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, cese la represión”.

El obispo fue asesinado el 24 de marzo de 1980, en la capilla del Hospital La Divina Providencia, mientras oficiaba una misa. El 30 de marzo fue sepultado en una cripta en el interior de catedral Metropolitana, con alrededor de 100 mil personas que llegaron a la Plaza Cívica a despedir al religioso.

Todo listo en la plaza Salvador del Mundo.

Todo listo en la plaza Salvador del Mundo.

Proceso de beatificación

“La causa de beatificación y canonización se inicia para un fiel católico que goza de fama de martirio porque, siguiendo al Señor Jesucristo más de cerca, sacrificó su vida en el acto del martirio”, según la página oficial en internet sobre la beatificación.

La fama de martirio es la opinión extendida entre los fieles acerca de la muerte sufrida por el Siervo de Dios sea por la fe o por una virtud relacionada con la fe, agrega.

El obispo de la diócesis es el encargado de verificar que la causa de beatificación que se propone responda a una fama de martirio verdadera, la cual suele ir acompañada de signos (milagros) que se obran por intercesión de mártir.

La causa de beatificación la promueve una persona particular o una institución de la Iglesia, primero ante el obispo diocesano y luego ante la Santa Sede. A esta persona se le llama postulador de la causa.

Antes de aceptar la solicitud de iniciar una causa de beatificación, el Obispo comprueba si se encuentra extendida entre el pueblo de Dios una auténtica fama de santidad o de martirio y de gracias y favores. También consulta a otros obispos y pide el “Nihil obstat” (sin inconveniente) de la Santa Sede.

Una vez aceptada la causa de beatificación, el obispo, ayudado por unos peritos, entre los que hay notarios y médicos, examina los testimonios, tanto de quienes conocieron al Siervo de Dios, como los testimonios escritos e históricos que haya.

Se recogen los testimonios, tanto de los que están a favor como de los que están en contra de la fama de santidad del Siervo de Dios. Todos los escritos del Siervo de Dios son examinados por un grupo de teólogos, para asegurarse que en sus enseñanzas no hay nada que no esté en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia.

También se estudia con detenimiento el contexto histórico en que vivió el Siervo de Dios.

Cuando se presentan como prueba de la santidad, milagros obtenidos por intercesión del Siervo de Dios, estos son examinados por los peritos médicos y se interroga a los médicos y beneficiarios del milagro.

Una vez terminada la fase diocesana, se envía la documentación a la Santa Sede. En el Vaticano, se verifica que se ha llevado con orden la fase diocesana y que la información recopilada es suficiente. Un equipo de peritos vuelve a estudiar el caso, para determinar si el Siervo de Dios realmente ha muerto por odio a la fe (el caso de un mártir), y la fama de santidad que de ello se desprende.

Un lienzo de monseñor Romero en uno de los edificios frente a la plaza Salvador del Mundo.

Un lienzo de monseñor Romero en uno de los edificios frente a la plaza Salvador del Mundo.

Miles de peregrinos y personalidades

Miles de peregrinos se encuentran ya en el país para participar en la ceremonia de beatificación.

Además, desde este viernes comenzaron a llegar funcionarios de gobierno, entre las que se destacan Miguel Díaz, primer vicepresidente del Consejo de Estado y de ministros de Cuba; el viceprimer ministro de Belice, Gáspar Vega, Helio Fallas, primer vicepresidente de Costa Rica.

El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, canceló su asistencia a la beatificación, según agencias de noticias internacionales, debido a que esta semana el gobierno guatemalteco inició una reforma de su gabinete en medio de escándalos de corrupción.
Sin embargo, se espera que asista el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Raúl Morales.