El Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13) ponen a más del 60% de las víctimas de la guerra que entre ellos sostienen, dieron a conocer en una entrevista Benito Lara, ministro de Seguridad y Mauricio Ramírez Landaverde, director de la PNC.
Los funcionarios aseguraron que desde mayo de 2013 los cabecillas de las pandillas empezaron a incrementar los índices de homicidios como medida de presión para evitar traslados a cárceles en las que van a compartir espacios con sus enemigos.
Pero como las autoridades continuaron cerrándoles espacios esos grupos delincuenciales respondieron asesinando policías, militares y custodios de centros penales.
“La violencia se expresa de diferentes formas pero a partir de ese periodo las pandillas se convirtieron en los principales actores y las principales víctimas”, comentó Ramírez Landaverde en la entrevista de TeleCorporación Salvadoreña (TCS).
Lara recordó que el fin de la tregua entre pandillas –firmada en marzo de 2012 y de la que el gobierno de Mauricio Funes fue participe como facilitador- ha sido un factor clave en el incremento de la violencia que desde finales de 2014 y en los meses que han transcurrido de 2015 se ha intensificado.
“La consigna de ellos ha sido incrementar (homicidios) por incrementar y nosotros lo hemos sufrido de manera fuerte”, afirmó Lara.
Señaló, además, que la PNC y la Fuerza Armada están tratando de contener la ola de criminalidad pero no pueden hacerlo solos sino que también son necesarias acciones paralelas para quitarle espacios a los delincuentes a través de programas que puede implementar, por ejemplo, el Ministerio de Educación.
“No podemos esperar que los delincuentes se queden de brazos cruzados; van a reaccionar y nosotros igual pero no solo con represión”, dijo el ministro.
Durante la vigencia de la tregua entre pandillas los homicidios disminuyeron a 5.5 diarios pero progresivamente aumentaron con la llegada al ministerio de Seguridad del ahora exministro Ricardo Perdomo.
A finales de 2014 las autoridades dieron por terminada la tregua y desde entonces la violencia se ha intensificado y ha vuelto a poner a El Salvador como uno de los tres primeros países con más homicidios por número de habitantes.