La pista del aeropuerto de Ilopango está completamente lista para volver a operar y revivir aquellos años de gloria de la aeronáutica nacional. No obstante, gracias a que en su centro de operaciones actualmente funciona la Comandancia de la Fuerza Aérea, la certificación para convertirse nuevamente en una terminal internacional sigue en espera.
Según las estipulaciones internacionales, el aeropuerto para recibir vuelos comerciales de manera internacional necesita una certificación. Sin embargo, aunque la pista, el aparato de navegación (VOR) y la torre estén funcionando, se necesita una terminal aérea de pasajeros que permita un área de migración, otra para la Policía Nacional Civil y otra para oficinas de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).
El director de la Autoridad de Aviación Civil (AAC), René López, explicó a Diario1 todos los recovecos de las trabas y los proyectos que se tienen con el aeropuerto de Ilopango. Y en este sentido, precisó que como Gobierno deberán buscarle solución y migrar la Comandancia de la Fuerza Aérea para poder instalar ahí la terminal.
Explicó que la idea es las diversas funciones del aeropuerto no tengan que mezclarse. De tal manera que las escuelas de aviación funcionen en un lugar, el área militar en otro y los vuelos comerciales en otro. “Solo es cuestión de ordenar”, replicó.
Mientras esto ocurre algunos negocios están solo a la espera. López explicó que la aerolínea mexicana de bajo costo Volaris tiene pensado ingresar a El Salvador a través del aeropuerto de Ilopango. Sin embargo, mientras la certificación no esté dada, los viajes internacionales no pueden operar.
La máxima autoridad de aviación explica que otra de las trabas que ha impedido la entrada de Volaris es que el Convenio con México solo permite la entrada de una aerolínea de este país y por el momento vuela Aeroméxico, que tiene un viaje diario a ese país. Sin embargo, para que ingrese otra, los diputados de la Asamblea Legislativa deben aprobarlo y así podría ingresar Volaris a territorio salvadoreño.
López también informó que, hasta el momento, otra aerolínea de bajo costo está interesada en volar al país. La empresa se llama Tropic Air y pretende viajar desde Belice a Ilopango, debido a que al menos el 52% de la población que vive en ese país es salvadoreña. En este sentido, esta ruta se vuelve atractiva para ellos.
Los aviones tipo caravan son de 14 plazas y tendrán un costo máximo aproximadamente de $500, muy por debajo de los más de $700 que cuesta en Aviaca.
En ACC ven como una buena opción a Ilopango para las líneas de bajo costo, puesto que los gastos son menos. “Los cobros que hace CEPA acá son menores que los que tiene que pagar una aerolínea en el Aeropuerto Monseñor Romero, y por lo tanto se les hace económicamente más factible”, explicó.
Además, agregó que para algunos puede ser más atractivo Ilopango porque está más cerca de la capital, y no se debe viajar hacia el departamento de La Paz. Eso agilizamás los negocios y la rapidez de movilizarse, consideró.
Una de las aerolíneas que ya tiene permiso para ingresar a Ilopango es Transportes Aéreos de Guatemala (TAG). Sin embargo, mientras el aeropuerto no esté certificado los aviones de TAG solo pueden realizar vuelos chárter. Hasta el momento, López confirma que en el mes de agosto se realizaron vuelos chárter desde El Salvador hacia Roatán.
Taxis aéreos buscan abrir los cielos de la región
A finales de noviembre, AAC entregó la primera certificación a la empresa Taxis Aéreos de El Salvador (TAES) para operar con vuelos domésticos en el país.
Tito Gutiérrez, presidente de la compañía, revive la época de oro de los taxis aéreos, cuando en la década de los ochenta su empresa llegó a movilizar hasta 800 personas a diario en 25 aviones pequeños que viajaban desde Ilopango al Oriente del país y viceversa.
“Durante la guerra, como estaban las calles cerradas, lográbamos movilizar a gran cantidad de personas, pero cuando terminó decidimos cerrar operaciones porque la competencia y el monopolio que tenía Taca, no nos dejaba trabajar”, recuerda Gutiérrez.
Hoy en día, la situación es distinta. Asegura que ahora sí hay una verdadera política de cielos abiertos y eso facilita el negocio. “La necesidad que la gente está pidiendo por seguridad y rapidez es lo que nos ha motivado al volver al servicio”, expresó.
Asegura que este tipo de proyectos de taxis aéreos es un compromiso con la nación, ya que en la medida que existan más aerolíneas de bajo costo, la economía puede crecer y se dinamiza.
En este momento que TAES ya cuenta con una semana en el mercado, están realizando viajes desde Ilopango hacia la pista Aramuaca, en San Miguel, y en la pista Belén, en la ciudad de La Unión.
Además, pretenden hacer vuelos regionales hacia el aeropuerto La Aurora en Guatemala y a la terminal de Toncontín, en Tegucigalpa, Honduras.
Gutérrez asegura que por el momento están realizando vuelos chárter al menos tres veces por semana hacia ambos países de la región centroamericana, sin embargo, después ya programarán con itinerario los vuelos.
Por su parte, el titular de la AAC asegura que cuando se aplique en su totalidad el Convenio Centroamericano de libre movilidad, mejor conocido como el CA-4, los vuelos regionales también serán tomados como domésticos. Es decir que al llegar a cualquiera de los aeropuertos de los cuatro países de la región (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua), no habrá necesidad de pasar por migración.
“Estamos de parte del CA-4 que todos los vuelos en la región son vuelos internos, pero todavía estamos afinando eso. Guatemala sí lo tiene bien establecido. La terminal de ellos de La Aurora ha separado la parte que es para vuelos regionales que no hace migración”, agregó López.
Asimismo asegura que los taxis buscan ser la competencia directa del transporte terrestre regional. “No sería mucha la diferencia lo que se gasta en un pasaje por tierra”, replicó.
En este sentido, Gutiérrez precisa que los vuelos a San Miguel cuestan unos $110 y a La Unión unos $120. Para el caso de Guatemala, rondará los $160 y para Honduras los $180, con tiempos de vuelo máximos de 45 minutos.
Tres aeropuertos a futuro
La AAC asegura que una de las estrategias a futuro, además de reactivar el aeropuerto de Ilopango y ampliar en Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero, es activar el aeropuerto militar El Jagüey, en La Unión.
López explica que la idea es que es aeropuerto militar pase a ser otro aeropuerto internacional y así formar una red que incluso podría viajar desde el extranjero directamente a La Unión. Agrega que este proyecto es un sueño desde 1975 y que hasta hoy se ha retomado con la nueva administración.
El Jagüey, que se encuentra en las cercanías de la playa El Tamarindo, no solo buscaría reactivar el turismo, sino dinamizar la economía, incluso con vuelos de carga o conectarse con el Puerto de La Unión.
Para el caso de Monseñor Romero, los planes de expansión ya están corriendo y también el ingreso de vuelos de bajo costo como Spirit (que viaja hacia Estados Unidos) y la reciente incorporación de Veca (con vuelos hacia Costa Rica, Panamá y, posteriormente, Guatemala) buscan reafirmar la política de cielos abiertos.
López afirmó que hasta el momento otra línea de bajo costo interesada en entrar al país es Viva Colombia, y aunque pretenden ingresar al Aeropuerto Monseñor Romero, aún están en pláticas. Igual es el caso de Jet Blue y Southwesth.
Asimismo, el director de la AAC adelantó que hay dos convenios en puerta. Uno de ellos es con Taiwán que pretende que entre una aerolínea taiwanesa a El Salvador y de igual forma permitiría que una aerolínea salvadoreña ingrese a la isla asiática.
Por otro lado, el otro convenio es con Canadá que también pretende que una aerolínea canadiense haga vuelos directos hacia el país y viceversa. En ambos casos, deberían pasar por la Asamblea Legislativa para aprobación de los diputados.
Estas aerolíneas se sumarían a las 13 que ya alberga el Aeropuerto Monseñor Romero y pretenden activar el sector aeronáutico y reforzar las políticas de cielo abierto.