Según datos del Ministerio de Salud (Minsal), a los que Diario1 tuvo acceso, el costo de la epidemia de la chikungunya habría generado en tres meses, al menos $10 millones al Sistema Nacional de Salud; es decir, al Minsal, ISSS, Hospital Militar y Bienestar Magisterial.
Salud estima que el costo de una consulta del primer nivel de atención médica ronda los $35 por cada persona que visita un centro asistencial por esta enfermedad. El cálculo se hace con base a los medicamentos, en este caso acetaminofén, el tiempo del médico, materiales, entre otros.
De igual forma, estima que para un caso de chikungunya que se agrava se invierte por cada paciente que se hospitaliza unos $75 diarios por un período aproximado de cinco días. Tomando en cuenta los últimos reportes del Minsal del 1 de octubre, ha habido unas 297 hospitalizaciones.
Es decir, que si en estas hospitalizaciones solo estuvieron cinco días en una cama de centro asistencial el costo de su atención fue de $75 el día, solo en este rubro se contabiliza un costo al sistema de salud de $111,375.
Además, los datos arrojan que para un caso que ya se traslada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) el costo ronda los $1,500 diarios por al menos siete días. Tanto para la hospitalización como para la UCI se incluyen exámenes, hemograma, sueros, exámenes de plaquetas, toda la atención médica, entre otros insumos.
Por otro lado, el Sistema Nacional de Salud invierte en todas las actividades de control del vector, que incluyen las fumigaciones que se realizan a escala nacional. Según los datos, se invierten entre $400 y $500 en tan solo tres jornadas de fumigación.
Para el caso del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), las autoridades estiman que las incapacidades pagadas hasta la última semana de septiembre ascienden a $300 mil y la contratación de nuevos médicos para reforzar los establecimientos de salud más demandados ha costado al Seguro Social $243 mil para dos meses.
Todos estos gastos acumulados, debido a las 37,973 personas que se han reportado como casos sospechosos y a los 126 confirmados, hasta el 8 de octubre, han elevado los costos a más de $10 millones, que se reportaron la última semana de septiembre.
Esta cifra, al igual que la de los casos sospechosos va en aumento, ya que es directamente proporcional a la cantidad de casos. Asimismo, las autoridades explican que la información de los costos camina lentamente, ya que la prioridad número uno es la atención y la segunda prioridad reportar los casos.
En este sentido, las cifras de la inversión en la enfermedad viajan lento desde cada uno de los centros asistenciales que son miembros del Sistema Nacional de Salud. Por ejemplo, tal vez no se tenga contabilizado totalmente los costos en los que ha incurrido Bienestar Magisterial o el Seguro Social, por lo que la cifra de $10 millones en tan solo tres meses de que la enfermedad llegó al país puede ser solo la punta del iceberg.
Pérdidas en productividad
Si bien es cierto que el porcentaje de mortalidad para la chikungunya es bastante bajo, uno de los problemas principales es la grave incapacidad que genera en quien la padece. Los síntomas que esta enfermedad presenta suele impedir que el enfermo realice sus actividades cotidianas, entre ellas trabajar.
Para quien padece chikungunya, los primeros días es casi imposible realizar cualquier oficio con el que se gane la vida una persona. Ya sea sentado frente a una computadora, vendiendo en un almacén, sentado en una maquila, cargando mercadería en una bodega, vigilando un centro comercial o incluso conduciendo un bus o haciendo tortillas, cualquier actividad productiva se ve detenida mientras los síntomas están más exacerbados.
En definitiva, las pérdidas que puede generar al país una epidemia de este tipo incluye no solo la merma en las ganancias de una empresa, sino también los ingresos de una persona que labore de manera independiente y que enfermarse al grado de inmovilizarlo y llevarlo a una cama sea una total pérdida para su bolsillo.
Si una mujer lleva el sustento diario a su familia de vender frutas en una parada de buses y de repente se enferma con chikungunya y por al menos cinco días no puede vender. ¿Quién más lleva ese sustento a su hogar? ¿De qué manera solventa esa pérdida?
Eso para el caso de un trabajador independiente, pero para el otro ámbito de la población productiva, los empleados formales, la situación tampoco es muy favorable.
Rodolfo Perdomo emplea a 137 trabajadores en su empresa dedicada a las importaciones y hasta el momento ya han caído enfermos con chikungunya 60 de sus trabajadores.
Según datos de las autoridades del ISSS, a un enfermo con sospechas de chikungunya se le dan entre 5 a 10 días de incapacidad. De estos, el empresario asume el pago de tres días y el ISSS asume los demás.
Asimismo, el costo de lo que el trabajador no produce es absorbido por el empresario. En este caso Rodolfo solo espera el día en que el cien por ciento ya haya caído enfermo y “salgan de todo esto”.
No hay una tan sola empresa o institución que se salve de tener empleados con la enfermedad. Solo para citar ejemplos, al menos cinco empleados de la sede en el país de la Organización Panamericana de Salud (OPS) ha padecido la enfermedad.
Asimismo, el ISSS reporta al 3 de octubre 1,200 empleados del Seguro como casos sospechosos de chikungunya. Por lo que incluso han tenido que invertir en la contratación de interinos para no afectar a los pacientes que visitan los centros asistenciales.
Los datos
El Seguro Social ha estimado que en estos tres meses de que la chikungunya ha invadido tierras salvadoreñas ha pagado $300 mil en concepto de las13,868 incapacidades, hasta la última semana de septiembre.
Este es el dato más contundente del costo de sufragar los gastos de la improductividad que genera la enfermedad; sin embargo, los costos que absorben las empresas, en el caso de los empleados formales, o el impacto en el bolsillo del mismo enfermo, puede calcularse con un sencillo cruce de datos.
Según los reportes de Salud, hay 37,973 casos sospechosos de chikungunya en el país. Si se restan los menores de edad que reportan el Minsal que están entre los cero y los 19 años, son 12,626 menos. Es decir que de los casos sospechosos 25,348 tienen arriba de los 19 años hasta más de 60 años, considerados en etapa productiva.
La última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2013 de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc) reveló que el salario promedio de personas ocupadas es de $334.66 en el país. Si dividimos esta cifra entre 30 días, una persona en promedio gana $11.15 diarios.
Si tomamos el promedio más bajo de días de incapacidad que produce la chikungunya, es decir, cinco, se puede estimar que durante cinco días la persona ha perdido, según su sueldo, un ingreso de $55.75.
Es decir que por cada persona que no pueda trabajar por cinco días, la enfermedad le cuesta unos $55.75 de su productividad y de su ingreso mensual, en promedio.
En el caso de los empleados formales, la empresa asume el costo de los primeros tres días y el ISSS asume los dos restantes. Para el caso de los trabajadores independientes ellos mismos absorben el impacto total de no producir.
Pero si multiplicamos ese dato por todas las personas en edad productiva que ha estado con sospecha de chikungunya y que, por tanto, el dolor articular los mantuvo en cama. El resultado es abrumador.
Si hacemos el ejercicio de multiplicar los $55.75 por las 25,348 personas en edad productiva que se sospecha padecieron la enfermedad la cifra es de $1,413,151 que los hogares salvadoreños han dejado de percibir para su manutención mensual.
Esos $1.4 millones los hemos pagado todos, ya sea los empresarios, el Seguro Social o el trabajador mismo que dejó de producir mientras padeció la enfermedad. Es un costo aproximado del costo social de la chikungunya en el país.
Lo cierto es que la enfermedad no solo afecta la salud de las personas que la padecen, su bolsillo también se ve afectado. Y el panorama que pintan las autoridades tampoco es el mejor, porque la enfermedad llegó para quedarse.
*Datos proporcionados hasta el 8 de octubre.