El presidente de la República Mauricio Funes emitió su voto en un CIFCO abarrotado de periodistas, fotógrafos y seguidores a su alrededor. A su acostumbrada estampa –infaltables lentes, guayabera blanca y lujoso reloj– se le sumó un bastón de madera en su mano derecha.
Funes anunció el pasado 28 de enero que sería operado de una hernia discal después de las elecciones del pasado 2 de febrero. No dio fecha exacta pero esta aparición pública donde se apoya de un bastón augura que será pronto.
«Tengo una hernia discal, que yo no sé si me la mandaron, pero tengo una hernia que me dificulta caminar y que sólo estoy esperando que pasen las elecciones para hacerme la cirugía». Este procedimiento quirúrgico podría llevarse a cabo en Brasil; se habla de que estará tres meses fuera de toda actividad.
¿Qué es una hernia discal?
La columna vertebral tiene 26 huesos, a los que denominamos vértebras. Entre las vértebras se ubican discos blandos, rellenos de una sustancia gelatinosa. Su función es amortiguar las vértebras y mantenerlas en su lugar.
Cuando uno de estos discos se mueve fuera de su lugar habitual o se rompe estamos en presencia de una hernia discal. Si a partir de este movimiento anormal o ruptura se empieza a ejercer presión sobre el nervio, los dolores de espalda o ciática se hacen presentes.
Sus causas se relacionan con la edad. Desde los 30 o 40 años comienzan a surgir signos de degeneración discal.
Hasta hace algún tiempo, la hernia era considerada una enfermedad cuyos síntomas básicos eran dolor de espalda crónico y bastaba con colocar una prótesis de disco invertebral o simplemente fijar correctamente las vértebras. No obstante, recientes investigaciones destacan que la hernia discal no se podría considerar una enfermedad si no parte natural del proceso de envejecimiento.
Los síntomas frecuentes son dolor de espalda que se extiende hacia los glúteos y piernas, cuando el disco herniado se localiza en la parte baja de la espalda. Cuando se encuentra en la parte superior de la espalda, el dolor de cuello se extiende hacia los hombros y la parte superior de los brazos. Hay además hormigueo, entumecimiento, espasmos musculares o debilidad corporal.
Otro de los aspectos que ha generado opiniones encontradas entre los especialistas es el tratamiento. Mientras algunos consideran que con tratamiento fisioterapéutico basta para la curación, un estudio publicado en la revista Spine, dirigido por el John D. Laurie de Darthmouth, del Hitchcok Medical Center de Estados Unidos, señala que el tratamiento quirúrgico es más eficaz.
Los investigadores se basaron en datos del estudio SPORT, uno de los más completos ensayos clínicos en la materia.
El estudio involucró a 1,244 pacientes tratados en 13 centros Estados Unidos; 500 pacientes fueron asignados aleatoriamente para someterse a una cirugía o bien a tratamiento no quirúrgico, y a algunos pacientes se les permitió cambiar de tratamiento. El resto de ellos optó por uno u otro tratamiento luego de debatir con sus médicos. Los resultados del SPORT muy parecidos a los de otros estudios que comprobaban que la cirugía brinda mejores resultados a largo plazo.
Los resultados concretos del estudio de Laurie demostraron que de una puntuación de dolor de 1 a 100, quienes se sometieron a cirugía experimentaron 11 puntos menos. Otros parámetros, como la autopercepción del dolor y la satisfacción del paciente fueron mejores entre quienes fueron operados.
Los beneficios máximos de la operación se observan claramente luego de seis meses y persisten por más de 8 años.
El estudio no anula la validez del tratamiento fisioterapéutico, que consiste en una serie de métodos y técnicas mediante medios físicos, como la masoterapia, tratamiento puntos gatillo o movilización lumbar, entre otras.
