El Salvador
miércoles 19 de febrero de 2025

Ocho salvadoreños siguen aguardando pena de muerte en EE.UU.

por Pabel Bolívar

La pena capital recae también sobre 18 centroamericanos: dos guatemaltecos, un costarricense y un nicaragüense, seis hondureños y los mencionados ocho salvadoreños, entre los cuales figura un miembro de la Mara Salvatrucha.

Ocho salvadoreños esperan en los pasillos de la muerte en cárceles de Estados Unidos. Forman parte de una lista de 141 extranjeros condenados a la pena capital, según la Organización No Gubernamental Death Penalty Information Center (DPIC), cuyos datos se actualizaron el día de hoy.

En este listado figuran 96 latinoamericanos; con predominio mexicanos, con 59 sentenciados. La pena capital recae también sobre 18 centroamericanos: dos guatemaltecos, un costarricense y un nicaragüense, seis hondureños y los mencionados ocho salvadoreños.

Ninguno de estos salvadoreños tiene fecha de ejecución y mientras esta no se dé, su respectiva defensa lucha por revertir las sentencias.

Se trata de Alejandro Enrique Ramírez Umana, del penal Federal; Irving Ramírez y Julián Beltrán en California; Alexander Sorto, Gilmar Hernández y Héctor Medina Romero en Texas;  Manuel Ortiz en Luisiana y Alfredo Prieto en Virginia.

De izquierda a derecha: Gilmar Guevara,  Alfredo Prieto, Alejandro Umana, Irving Ramírez, Alexander Sorto. Estos son 5 de los 8 sentenciados con pena capital en EE. UU.

De izquierda a derecha: Gilmar Guevara, Alfredo Prieto, Alejandro Umana, Irving Ramírez, Alexander Sorto. Estos son 5 de los 8 sentenciados con pena capital en EE. UU.

Alejandro Ramírez Umana fue sentenciado a pena de muerte por asesinar a los hermanos Rubén y Manuel García Salinas en un restaurante de Carolina del Norte, en el año 2007. Umana, de 27 años, fue el primer miembro de la Mara Salvatrucha en Estados Unidos en recibir esta condena.

Su caso es particular: la última ejecución federal ocurrió en 2003 y solo tres se han dado desde 1960.

Los fiscales que llevaron el caso aseguraron que mientras el hombre esperaba el juicio, intentó asesinar testigos e informantes.

Sobre Irving Ramírez recayó la pena capital por el homicidio del oficial Dan Niemi, del Departamento de Policía de San Leandro en julio de 2004. Este se encontraba tratando de aplacar disturbios en el lugar cuando el salvadoreño lo abatió con siete disparos.  La última vez que un policía de San Leandro fue muerto cumpliendo con su deber fue hace más de 40 años.

Alexander Sorto, nacido en octubre de 1977, fue encontrado culpable por secuestro, violación y homicidio de Roxana Aracelli Capulín y María Moreno Rangel, doble crimen acontecido en mayo de 2002 en Houston, Texas. Junto a él, fueron condenados Eduardo Navarro y el hondureño Edgardo Cubas, quien en principio iba a ser ejecutado el 16 de enero del presente año pero su abogado logró que se cambiara la fecha para el 29 de mayo.

Sobre Gilmar Alexander Guevara pesa una condena por homicidio en perjuicio del coreano Tae Youk y el guatemalteco Gerardo Yaxson, en 1998 mientras asaltaban una tienda. Fue arrestado en junio de 2000 y decretada la pena capital el 26 de junio del año siguiente, basado en el análisis de ADN que identificaba a Guevara como uno de los imputados que llevaba una máscara durante el asalto. La defensa ha aducido atraso mental y violación de la Convención de Viena que asegura a los sospechosos foráneos el apoyo de su consulado en cuanto son arrestados.

Durante 2013, el Estado de Texas ordenó la ejecución de seis personas (11 durante todo el año), y tres más se esperan para 2014.

Manuel Ortiz, de 52 años, asesinó a su esposa y a una amiga de ella en octubre de 1992. Por ello pesa sobre él la pena capital desde 1994. Ya lleva 18 años en el penal Angola de Louisiana y casi 9 años bregando por revertir la sentencia.

Ortiz ha contado con el apoyo de la monja Helen Prejean, férrea opositora a la pena de muerte en Estados Unidos y quien le ha dado seguimiento al caso desde su inicio. Prejean escribió el libro Dead Man Walking, llevado a la pantalla grande con las actuaciones de Sean Penn y Susan Sarandon. El salvadoreño tuvo el respaldo del consulado y el embajador René León comentó en su momento que se había condenado a Ortiz por un crimen que no cometió. Hasta el momento no se ha fijado fecha para su ejecución.

En Fairfax, Virginia, encontraron culpable a Alfonso Prieto por matar a Warren H. Fulton, a quien le disparó por la espalda cuando se encontraba de rodillas, y a su novia Rachel A. Raver, al mismo tiempo que la violaba.  Ya tenía una acusación por homicidio y violación en California, en el año 1992 contra una muchacha de 15 años de Ontario, Canadá.

En la lista de la DPIC se incluía a Joaquín Arévalo, pero su sentencia de muerte fue anulada el 11 de septiembre del año pasado, cuando un juez del Estado de Georgia consideró que no existían argumentos suficientes que corroboraran la capacidad mental del imputado. Arévalo fue declarado culpable en 1998 por el asesinato de dos personas.

En 2013, ese país de Norteamérica reportó una leve disminución de ejecutados por pena capital. Mientras que en 2012 se ejecutaron 49, la cifra se redujo a 39 el año pasado. La cifra histórica es de 98 ejecuciones en 1999, y de ahí en adelante se redujo en un 60%.

El número de condenas se elevó a 80, tres más que en 2012. Sin embargo, se está lejos de las 315 dictaminadas en 1994 y 1996. Para la DPIC, existe una tendencia al declive en esta práctica penal.

Pese a este patrón, en 2013 el 60% de los estadounidenses apoya la pena capital, siendo este nivel de aceptación popular el más bajo en 40 años.

Estados como Maryland, Connecticut, Illinois, Nueva York, Nueva Jersey y Nuevo México abolieron la pena de muerte en el transcurso de los últimos seis años.

Este miércoles fue ejecutado en Texas el mexicano Édgar Tamayo, condenado por matar a un policía en 1994. Pese a los reclamos y las gestiones diplomáticas del gobierno mexicano y el Departamento de Estado estadounidense para impedir el castigo, Tamayo recibió la inyección letal y fue declarado muerto 17 minutos después de administrada la sustancia.