La Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) presentó, este lunes, un ambicioso proyecto de modernización del Aeropuerto Internacional salvadoreño el cual está dividido en cuatro fases a ejecutarse entre los años 2014 y 2032.
El llamado “Plan Maestro para la Ampliación del Aeropuerto” pretende colocar a la terminal aérea por encima de las existentes en Centroamérica, incluso de algunos países de Latinoamérica.
El proyecto se ejecutará en los próximos 18 años de acuerdo a cuatro fases previstas en el diseño elaborado por la empresa estadounidense “Kimley Horn”, que resultó ganadora de la licitación pública convocada por CEPA.
La primera fase comenzará el 2015 y concluirá en el 2017. Esta consiste en la rehabilitación, modernización y optimización de la actual infraestructura de la terminal para hacer posible la captación de más viajeros, así como impactar en otros servicios clave.
Mientras ese tiempo llega, la Comisión Ejecutiva Portuaria seguirá con la llamada “etapa 0” (que inició el 2012) con la cual también se busca mejorar la atención de los pasajeros y corregir fallas en el manejo de carga y zona de parqueo para aviones.
“La etapa 0 de la ampliación optimizará y ampliará de 18 a 23 posiciones de estacionamiento para aeronaves y construirá 5 nuevas salas de espera para posiciones remotas. Paralelamente, se remodelarán las facilidades migratorias y aduanales y las aéreas públicas para pasajeros y acompañantes. También, en el año 2014 CEPA obtendrá los recursos para financiar la primera etapa de la ampliación que comenzará en enero 2015 y concluirá en diciembre 2017, por un valor de $155 millones de dólares, llevando al aeropuerto a una capacidad de de 3.5 millones de pasajeros”, indicó la Comisión Ejecutiva Portuaria.
En estas dos fases de trabajo (2012-2017) se crearán 1,475 empleos directos y 5,200 indirectos, se dijo.
Alberto Arene, presidente de CEP, al presentar el proyecto del nuevo aeropuerto se refirió a este como “esta es la última llamada para el vuelo SV 2014-2032 con destino a la modernidad, la competitividad y el desarrollo”.
Algunos desafíos
Jorge González representa a la estadounidense “Kimley Horn” que diseñó el proyecto del nuevo aeropuerto salvadoreño.
Reconoció que en los últimos 15 años “no se hacía una inversión” como la proyectada por la administración Funes.
Según dijo, por ahora se registra un total 1.6 millones de pasajeros cada año y la cifra aumentará de forma progresiva a 6.6 millones en el 2032.
“La terminal está en crisis y la zona de carga también… La parte vial, el estacionamiento, la piedra se está soltando, además de la congestión (de vehículos)”, aseguró el experto, por lo que se ha considerado extender las instalaciones a 300 hectáreas (3 millones de metros cuadrados). Además, de construir un tercer nivel a la actual terminal.
“Es una región vibrante… con una amplia zona extraportuaria”, añadió González.
De acuerdo con CEPA, el mega proyecto obligará a establecer una política comercial para optimizar los ingresos aeroportuarios, construir un centro de carga que puede ser el mejor de la región, desarrollar amplias zonas extra portuarias y todo ello utilizando la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), es decir, tecnología amigable con el medio ambiente.
Recomendaciones
Este mismo lunes, la Superintendencia de Competencia (SC) presentó seis recomendaciones para mejorar la competencia de sistema aéreo nacional, que van desde la creación de “ventanas de horarios” de despegue hasta la búsqueda de una política de “cielos abiertos”.
Los puntos fueron emitidos luego de comprobar escasa competencia en el mercado. “En el Aeropuerto Internacional de El Salvador (AIES) se ofrecen 27 rutas… De 14 rutas analizadas, que representan en conjunto el 60% del total de tráfico de pasajeros, en 11 de ellas existe un agente con posición dominante, mientras que 7 son ofrecidas por un máximo de tres aerolíneas”, determinó la SC.
Se destacó la existencia de los destinos El Salvador-Washington, El Salvador-Atlanta, y El Salvador-San Francisco, así como las rutas que van desde de El Salvador hacia los países centroamericanos (con excepción de Panamá), como rutas monopólicas.
La Superintendencia recomendó crear una política de asignación de slots o “ventanas de horarios” para el despegue y aterrizaje de los aviones, debido a que la falta de certeza en los criterios de asignación podría inhibir la entrada de nuevos participantes en el mercado.
También, para disminuir riesgos de cierre de mercado en caso haya una ampliación del aeropuerto, se consideró que debe haber una integración “vertical entre el aeropuerto y las aerolíneas”. En este caso, si el proyecto de ampliación se da con la inversión de una línea aérea, es importante “evitar la influencia de la línea aérea concesionaria en las decisiones aeroportuarias importantes, como el acceso de otras líneas y el establecimiento de tarifas”, se dijo.
Se sugirió, además, renegociar diversos acuerdos bilaterales para propiciar los “cielos abiertos”.
Otra de las sugerencias fue promover la creación de un mercado común centroamericano y crear un control de los códigos compartidos y alianzas internacionales, que implican diferentes niveles de coordinación de operaciones para las aerolíneas afiliadas a los programas, son otros de las recomendaciones hechas.
En el estudio, que va dirigido a instituciones gubernamentales, se comprende once años: de 2000 a 2011.