martes 22 de octubre del 2024

Sacerdote usaba limosnas para comprar drogas y hacer fiestas sexuales en Italia

por Redacción


El religioso es investigado por el uso de cocaína y de GBL, un potente narcótico variante del GHB, conocido como la “droga de la violación”.

Francesco Spagnesi −el sacerdote acusado de comprar drogas sintéticas para usarlas en fiestas, las cuales organizaba para invitar a personas que conocía a través de páginas web de encuentros sexuales− se encuentra bajo arresto domiciliar desde el martes pasado, según medios italianos.

Spagnesi, de 40 años de edad, es presbítero de la diócesis de Prato, Italia y es acusado de tráfico e importación de sustancias estupefacientes. Se le investiga por el uso de cocaína y de GBL, un potente narcótico variante del GHB, conocido como la “droga de la violación”. El GBL es conocido por consumirse en las fiestas en las que el sexo desenfrenado se mezcla con el consumo de diversas drogas.

De acuerdo con periódicos digitales, el párroco había sido suspendido de sus responsabilidades como sacerdote desde principios de mes.

La detención del religioso fue posible luego que las autoridades locales descubrieran y detuvieran, el mes pasado, a su cómplice principal, quien importaba GBL desde Holanda.

De acuerdo con la investigación, Spagnesi utilizaba las ofrendas de los feligreses para comprar dicha droga, la cual se vende a unos 100 euros el litro.

Ante tal situación, el obispo de Prato, Giovanni Nerbini, expresó su “dolor y consternación” por la detención de Spagnesi. “Son noticias que un padre y un pastor no querría recibir nunca y que golpean a toda la diócesis”, lamentó el obispo.

Además, Nerbini manifestó que el sacerdote le había confesado desde abril su uso habitual de drogas, por lo que el obispo lo invitó a que se realizara una terapia de desintoxicación con un psicoterapeuta.

En cuanto a la falta de dinero en la parroquia, el religioso justificaba sus retiros de dinero diciéndole al obispo que eran ayudas que él realizaba a las personas necesitadas de la iglesia.

“Cuanto tuvimos noticia de movimientos sospechosos en las cuentas de la parroquia, retiré el poder de firma exclusiva del párroco, para poder así verificar la situación”, explicó Nerbini, por tal razón es que había sido apartado de sus responsabilidades como sacerdote.