viernes 18 de octubre del 2024

Mata y descuartiza a su esposa por creer que era “Satanás”

por Redacción


Orlando Estrada mató a su esposa con un cuchillo de cocina, que usó después para “operarla”, según su confesión, y abrir su vientre para comprobar si estaba embarazada, ya que temía que fuera a engendrar a “hijo de Satanás”.

Orlando Estrada, de 43 años, fue detenido por matar y descuartizar a su esposa al creer que esta era “Satanás” en un sangriento crimen. La su pareja identificada como Hiede y con quien estuvo casado 16 años.

“La maté para salvarnos a todos porque era Satanás”, declaró el lunes frente a un grupo de periodistas el hombre que no dudó al confesar el crimen.

El asesinato fue cometido el domingo, en Ciudad Quezón, en el norte de Metro Manila, en Filipinas.

Los vecinos alertaron a las autoridades el día del suceso, cuando vieron a Estrada arrojando a la calle, desde su casa, partes del cuerpo de la mujer de 46 años. Las partes que arrojó eran las manos y ropa ensangrentada de la que fue su esposa durante 16 años, según la Policía.

El acusado mató a la mujer con un cuchillo de cocina, que usó posteriormente para “operarla”, según su propia declaración, y abrir su vientre para comprobar si estaba embarazada, ya que temía que fuera a engendrar un “hijo de Satanás”.

Tras descubrir que no estaba encinta, Estrada cortó las extremidades de la víctima, a la que también despellejó la cara, sacó los ojos e incluso se comió partes de su cerebro tras abrir la cabeza a golpes, según el informe policial.

Foto ABC

Foto ABC

“Ella era una molestia para mí porque era Satanás. Ella misma me dijo que era Satanás”, afirmó frente a los medios el presunto asesino, que no mostró arrepentimiento alguno por su crimen.

Las autoridades pedirán cargos por parricidio, un delito castigado con la cadena perpetua en Filipinas, aunque antes someterán al acusado a “un examen psicológico y psiquiátrico de un médico competente para conocer su estado mental”, declaró Guillermo Eleazar, director de la Policía de Ciudad Quezón.

La víctima, que trabajaba con su marido en un colegio católico, había acusado a éste de maltratos en numerosas ocasiones ante las autoridades de su barangay (barrio), pero nunca llegó a formalizar las denuncias, según la Policía.