Después de dos años, el papa Francisco vuelve a su «querida» cuna sudamericana con un aclamado mensaje de «justicia social» para los pobres, en una gira de ocho días que inicia este domingo en Ecuador e incluye a Bolivia y Paraguay.
El primer papa jesuita y latinoamericano de la historia prevé aterrizar hacia las 15H00 locales (20H00 GMT) en el aeropuerto Mariscal Sucre, a 20 km al este de Quito.
Francisco, de 78 años y quien estará en Ecuador hasta el miércoles, ofrecerá allí su primer mensaje a Sudamérica, adonde regresa tras participar en 2013 en Brasil en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
América Latina concentra a la mayoría de los 1.200 millones de católicos en el mundo.
«Quiero ser testigo de esta alegría del evangelio y llevarles la ternura y la caricia de Dios, nuestro Padre, especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a los encarcelados, a los pobres, a los que son víctimas de esta cultura del descarte», anticipó el papa antes de empacar maletas.
En su noveno viaje al exterior, Francisco pasará por Ecuador, Bolivia y Paraguay, países de mayoría católica y con un historial de pobreza y desigualdad que castiga principalmente a la población indígena.
Desde su elección como máximo jerarca de los católicos en marzo de 2013, Francisco ha mostrado especial interés en acercar la Iglesia a la periferia y en la defensa del medioambiente, como quedó plasmado en su más reciente encíclica, que fue muy celebrada por los gobiernos de Quito y La Paz.
La Iglesia ecuatoriana espera un «mensaje fuerte» del papa «para que nos pongamos realmente en movimiento hacia las periferias, hacia los fragilizados y hacia los más pobres», dijo a la AFP el sacerdote David de la Torre, portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana para la visita papal.
Los ecuatorianos, que en el caso de Quito han embellecido sus casas y colocado carteles de bienvenida, recibirán por segunda vez a un papa después de la visita, en 1985, de Juan Pablo II. Entonces un 94% de la población se consideraba católica, frente a 80% que hoy afirma seguir ese credo entre 16 millones de habitantes.
Un descenso asociado en gran parte al avance de las iglesias evangélicas, que han logrado atraer a miles de indígenas andinos desencantados por la falta de atención de la jerarquía católica.
Un Francisco de Asís con «justicia social»
En Ecuador, el papa celebrará dos misas campales, una en Guayaquil (suroeste) este lunes y la otra en Quito el martes, a la que se espera asistan tres millones de fieles, incluidos miles de colombianos y peruanos que cruzaron las fronteras para verlo.
«Me encanta la prédica del papa. Soy una de las que más admira a San Francisco de Asís y me encanta porque él hace todo igual: la humildad, el amor, el ver que el agua sea su hermana, que los pájaros son sus hermanos, que los perritos también», dijo a la AFP María Criollo, una ama casa de 44 años al entrar a una iglesia quiteña.
Criollo, que se enorgullece de que su nieto lleve el mismo nombre de Francisco, prevé dormir el lunes en el parque Bicentenario de Quito y asegurar un buen puesto para escuchar el mensaje papal. En Guayaquil también se organizó una vigilia en el parque de Los Samanes donde celebrá la misa a cielo abierto.
El paso del sumo pontífice por Ecuador coincide con un momento de crispación política.
Correa, un confeso admirador de Francisco y quien se describe como un «católico humanista de izquierda», enfrenta desde hace un mes protestas frecuentes que exigen su salida del poder en rechazo a políticas de corte socialista que, según el gobierno, pretenden redistribuir la riqueza.
«A nosotros nos gusta, nos inspira y nos compromete el mensaje del papa», dijo Correa el sábado al dar un caluroso mensaje de bienvenida a Francisco.
El viernes el secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, anticipó que durante su gira el papa abogará por un desarrollo con «justicia social».
«Lanzará una invitación a cuidar lo creado» e invitará a los latinoamericanos a buscar un desarrollo con «justicia social», de manera de construir un mundo que «tenga en cuenta a los pobres», aseguró Parolin en una entrevista a la televisión del Vaticano.