La población afrodescendiente en América Latina sigue discriminada de forma «generalizada», con peores salarios y calidad de vida, pese a que representan hasta el 40% de la poblacional regional, aseguró este martes en Panamá una experta de Naciones Unidas.
«En América Latina hay una discriminación generalizada por el color de piel que usted tenga», dijo a la AFP Silvia García, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La funcionaria hizo estas declaraciones en Panamá, donde presentó un informe del PNUD sobre la situación en la que viven los afrodescendientes en ese país centroamericano.
«Si eres afrodescendiente y mujer implica una doble discriminación. Es un cocktail explosivo», añadió García, coordinadora del proyecto regional «Población afrodescendiente de América Latina».
Según el PNUD, en América Latina -sin incluir el Caribe- entre el 20 y el 30% de la población es afrodescendiente.
Sin embargo, sus condiciones de vida, junto a la de las poblaciones indígenas, siguen siendo peores al resto de la población, pese a que la región tuvo en la última década un crecimiento económico mayor que la media mundial.
Una mayoría de esas poblaciones afrodescendientes no acceden a una educación adecuada, lo que termina convirtiéndose en un círculo de pobreza al no poder alcanzar empleos bien remunerados, según el PNUD.
Según esta especialista es «común» en la región que los afrodescendientes tengan «peores ingresos», menos cantidad de años de escolaridad y profesionales universitarios y un menor número de personas en «puestos políticos y de liderazgo».
Además, existen problemas de discriminación por parte de la Policía y las autoridades de cada país, más propensos a detener y a encarcelar personas de la etnia negra que de cualquier otra, según los estudios.
El racismo contra los afrodescendientes se debe principalmente a que hay estereotipos y estigmas «que se van transmitiendo de generación en generación», por lo que es imprescindible «mayor educación y políticas públicas más activas» para combatirlo, aseguró García.
«Los niños no nacen discriminadores y racistas. Eso se aprende en la escuela, la calle, los medios de comunicación o en la familia», dijo García, según quien para combatir el racismo lo primero «es dejar de negar su existencia».