El presidente de Nicaragua Daniel Ortega cumplió este lunes 25 días sin aparecer públicamente, lo que ha generado varias hipótesis acerca de su paradero, que van desde un autoaislamiento hasta la muerte.
La última vez que el mandatario sandinista se pronunció en público fue el 12 de marzo, en una conferencia virtual con los presidentes de la región, con quienes se trató temas relacionados al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), aunque su intervención fue fugaz.
La desaparición de Ortega, enquistado en el poder desde hace 13 años, cobra mayor importancia ante la emergencia sanitaria mundial por el coronavirus (COVID-19), que en su país reporta seis contagios oficiales y un fallecido.
Sus medidas para combatir la epidemia son casi nulas, lo que ha generado diversas críticas en su país, sobre todo porque el Gobierno nicaragüense promueve un plan vacacional con actividades masivas, lo que va en contra de las acciones del resto de países centroamericanos y de la misma Organización Mundial de la Salud.
En medio de la polémica, Nicaragua sospecha. Ortega no apareció ni siquiera en el homenaje póstumo a Jacinto Suárez, su confidente y compañero de celda durante la dictadura de los Somoza y uno de los emblemas del sandinismo.
Ante la ausencia del gobernante, las conspiraciones sobre su muerte se volvieron tendencia en redes sociales, sobre todo por su avanzada edad (tiene 74 años).
Incluso en El Salvador, “Daniel Ortega” fue de las tendencias más comentadas en Twitter este domingo. En Internet lo es también: al escribir su nombre en el buscador de Google, las opciones “muerto” y “fallecido” son las primeras en aparecer.
Medios de Centroamérica, Sudamérica y hasta de España plantean que el presidente nicaragüense podría estar “su búnker de El Carmen, o muy enfermo, posiblemente en Cuba, e, incluso, que podría estar muerto”, como plantea el corresponsal en Nicaragua de Infobae, Fabián Medina Sánchez.
Otra teoría es que un estilista contagiado con el virus pudo haber transmitido la enfermedad al sandinista, a mediados de marzo pasado, aunque esto es una especulación como el resto, señala el diario La Razón de España.
En 2014, el mismo Daniel Ortega tuvo que salir al paso de rumores de su fallecimiento y hasta bromeó con el cardenal Leopoldo Brenes, a quien le dijo que lo “resucitó”, luego de que ambos se encontraran en el aeropuerto de Managua.
Incluso en redes sociales circula un video que se atribuye al mismo Frente Sandinista (FSLN) en el que suena una canción que dice «No tiene permiso pa’ irse, comandante» o «Usted de aquí no se va», mientras se muestran imágenes de Nicaragua.
Este material finaliza con un retrato animado de Ortega y la frase «Por siempre y para siempre», aunque la veracidad de este video aún no se ha podido comprobar.
Aparte de esta teoría del fallecimiento de Ortega, hay versiones de que se encuentra en una isla de cuarentena junto a su familia, mientras que el resto de la población sigue en las calles, expuestas al coronavirus, y las fronteras del país permanecen abiertas.
La exministra de Salud de Ortega en el primer periodo sandinista (1979-1990), Dora María Téllez, es de las personas que considera que el presidente se encuentra en esas condiciones de aislamiento. “Ortega ni siquiera mandó un audio para despedir a su amigo (Jacinto Suárez). El gobierno lo maneja Rosario Murillo por teléfono”, reclamó.
El diario La Prensa de Nicaragua señala, por su parte, que esta ausencia de 25 días podría ser causal para que la Asamblea Nacional lo remueva del cargo ya sea por muerte, renuncia o “incapacidad total o permanente”, como lo establece su Constitución.
El “problema” radica en que dicha asamblea es dominada por el Frente Sandinista, el partido oficialista con el que Ortega lleva gobernando desde 2007.
Sin dar la cara
Politólogos de esa nación también consideran que, lejos de los rumores de su fallecimiento o de que esté en un búnker, Ortega simplemente podría haber recurrido a una de sus constantes desapariciones mediáticas.
De hecho, este año, el sandinista solo apareció públicamente en cuatro ocasiones y desde antes se le recuerda por estar fuera de los micrófonos por lapsos de 15 días o menos.
Este periodo de 25 días, no obstante, es anormal incluso para Daniel Ortega, a quien los medios de oposición critican con fuerza ya que recibe mensualmente un salario de $3 mil 700, a pesar de que está a punto de cumplir un mes sin dar rastro.
En ese sentido, el opositor Félix Maradiaga dijo a La Prensa que “Ortega tiene décadas viviendo en un búnker y su única prioridad ha sido cuidarse él, enriquecerse y a su círculo más cerrado”, lo que genera un vacío de poder en el Ejecutivo.
Y ante la desaparición del presidente, quien ha tomado las riendas durante la crisis del coronavirus es su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, quien también comienza a verse a cuentagotas en conferencias o actos públicos.