Las protestas en Mineápolis (Estados Unidos) por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de policías se recrudecieron este miércoles con enfrentamientos y saqueos, mientras crecen los llamados al arresto del agente responsable del crimen.
En plena pandemia, miles de personas regresaron a las calles por segundo día consecutivo en una serie de protestas que incluyeron escraches (actos de repudio) en las viviendas del policía que asfixió a Floyd con su rodilla y del fiscal del condado.
También incluyeron enfrentamientos con la Policía, que disparó gases lacrimógenos y balas de goma en varios puntos de la ciudad, así como el saqueo a unos grandes almacenes Target y a una licorería, y el incendio de una tienda de autopartes.
El alcalde de Mineápolis, Jacob Frey, que el martes anunció el despido de los cuatro agentes implicados en la muerte de Floyd, pidió este miércoles el arresto del responsable.
«En las últimas 36 horas he lidiado con una pregunta fundamental: ¿Por qué el hombre que mató a George Floyd no está en la cárcel? Si lo hubiera hecho usted, o lo hubiera hecho yo, estaríamos entre rejas en este momento», dijo el alcalde.
Por su parte, la congresista Ilhan Omar, que representa a la ciudad de Mineápolis, dijo que «el agente de Policía que mató a George Floyd debería ser imputado por homicidio».
Aunque el FBI ha abierto ya una investigación sobre la muerte de Floyd, un grupo de manifestantes se dirigió a la vivienda del fiscal del condado de Hennepin, Mike Freeman, con jurisdicción sobre Mineápolis, para exigirle la imputación de los agentes.
Otro grupo se dirigió al hogar del agente directamente implicado en la muerte de Floyd, Derek Chauvin, en cuya entrada marcaron con pintura roja la palabra «asesino» y otras inscripciones hasta que fueron dispersados por antidisturbios.
Floyd, de 40 años, falleció el lunes por la noche después de ser detenido bajo sospecha de haber intentado usar un billete falso de 20 dólares en un supermercado. En videos grabados por transeúntes aparece Chauvin con la rodilla sobre su cuello durante minutos.
«Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar. Por favor», se escucha a Floyd mientras agoniza.
El «no puedo respirar» de Floyd se ha convertido, precisamente, en el grito de la protesta que vuelve a poner en evidencia la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.